Reseña: “Nunca olvides que te quiero” de Delphine Bertholon.

Título Original: Twist
Autor: Delphine Bertholon
Editorial: DEBOLSILLO
Páginas: 328
ISBN: 978-84-2534-881-5
Saga/Trilogía: -
Género: Novela erótica/Ficción 
Precio: 17,90 €

Madison tenía 11 años cuando fue secuestrada. Es una niña viva, alegre y divertida que desde muy pequeña ha desarrollado una fuerte personalidad, repleta de imaginación y creatividad, y que incluso en esta situación dramática, encerrada en la casa de su secuestrador no pierde el optimismo.

Durante los casi 5 años que dura su encierro, se desahoga escribiendo sin censura en un cuaderno que es su gran vía de escape y la única posibilidad de sentirse libre; describe al detalle sus sensaciones, la añoranza de sus seres queridos, su sorpresa por el gradual paso a la adolescencia… y todas las mil y una extravagancias que se le ocurren.

Léonore, la madre de Madison, intenta sobrellevar la ausencia de su hija escribiéndole cartas diariamente en las que le cuenta todo lo que pasa en la familia: sus esperanzas y penas, la muerte del abuelo, cómo su gato la echa de menos y algunas novedades acerca de Stanislas, el profesor de tenis de quien Madison estaba enamorada. Un joven que busca ser amado a cualquier precio aunque en realidad no sabe disfrutar de su libertad.

  

Madison es una niña alegre y creativa, que pronto se ve encerrada en un cuarto bajo tierra, víctima de un secuestro por un hombre mayor que no pretende herirla, sino, sólo estar con ella. El libro es una narración a 3 voces, ya que tenemos capítulos narrados por Madison, otros por Stanislas (el maestro de tenis de Madi) y por la mamá de Madi. Quienes nos transportan a la realidad del secuestro, del dolor de la perdida y de la madurez.

El personaje del secuestrador ‘R’ es bastante soso, muy anticuado, por no decir bastante aburrido, pero una cosa si queda clara, nunca le hace un daño factible a Madison, más que privarla de su libertada por muchos años. Stanislas es un personaje bastante plano, no aporta mucho a la historia. Louison es muy ambiciosa y más bien egoísta.

El libro en sí me parece una joya verdadera, las cartas de la madre de Madison me parecen lo más hermoso del mundo, sinceramente. Más de una de esas cartas hacen querer llorar. Nos ponemos en su lugar, una madre que ha perdido a su única hija y que no sabe si esta viva o muerta, pero se aferra a la idea de que su hija pueda volver.

Me ha gustado mucho la parte del cuaderno de Madi, me ha encantado su forma de ser, ella era libre en su mente y poseía una imaginación y vitalidad inquebrantable. Es un personaje con el que te encariñas rápidamente.

La historia avanza poco a poco, explicándonos como ha sido el tiempo en cautiverio, que lugar ocupan los personajes secundarios en el corazón de Madi, hasta llegar a su esperada libertad.

“A veces basta con mirar las cosas de frente para que empiecen a existir.”

Puntuación:

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